viernes, 26 de octubre de 2012

PARA CONOCER EL PAPEL DE CONSERVACIÓN DE LOS JARDINES BOTANICOS

compañeros y compañeras este es un documento muy interesante acerca del papel de conservación que tienen los jardines botánicos en el mundo.


EL PAPEL DE LOS JARDINES BOTÁNICOS EN LA CONSERVACIÓN
http://vitalis.net/Vivero%20techado%20vista%20interior%20sombra%201.jpg Cecilia Gómez Miliani, Ing. en Recursos Naturales Renovables, Ms.C. en Gerencia Ambiental, Coordinadora del Capítulo Barinas-Apure de la Organización VITALIS, Docente de la UNELLEZ-Barinas, cgomez@vitalis.net

EL INICIO DE TODO: LA BIODIVERSIDAD

La vida, tal y como la conocemos, florece desde la bóveda de los bosques tropicales hasta  los desiertos de Australia, pasando por las cálidas fisuras volcánicas del fondo de los océanos. Esa gran diversidad sostiene la vida humana, manteniendo los recursos más fundamentales como son el agua y el aire. También nos brinda la oportunidad de hacer descubrimientos maravillosos: tratamientos para enfermedades, incremento en las cosechas, desarrollo de nuevas enzimas.
Hablar de la diversidad de la vida o biodiversidad es hacer referencia a la totalidad de los genes, las especies y los ecosistemas de una región. También la diversidad cultural humana podría considerarse como parte de la biodiversidad (WRI, UICN y PNUMA, 1992). Esta se manifiesta por la diversidad del lenguaje, de las ciencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte, la música, en la estructura social y en todos los atributos de la sociedad humana.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (2004) el número total de especies en nuestro planeta oscila entre 5 y 10 millones, de los cuales se han descrito solo 1,4 millones, por lo que no se sabe cuantas especies están en peligro de extinción sin ser conocidas. Solo en los bosques tropicales se encuentran al menos el 50% de las especies vivientes del planeta (WWF, 2004). Lamentablemente se estima que entre un 5% y un 10% de las especies contenidas en estos bosques puedan desaparecer en los próximos años a consecuencia de la presión ejercida por el desarrollo urbano, agrícola y pecuario, así como la explotación forestal.
Según la Lista Roja de la UICN de Plantas Amenazadas, publicada en 1997, cerca de 34000 especies de plantas (un 12,5% de la flora vascular del mundo) se encuentra en peligro de extinción. Estas plantas pertenecen a 369 familias y están dispersas en unos 200 países alrededor del mundo. De ellas 91% son endémicas, razón por la cual su potencial de extinción está vinculado a las condiciones económicas y sociales de cada país donde se encuentren.
En Venezuela, considerada por el WWF como una de las 10 áreas de megadiversidad del planeta, donde se han identificado cerca de 21 mil especies de plantas, no existe un estudio exhaustivo de su situación, por lo que es imposible estimar cuales y cuantas especies están amenazadas de extinción o cuales se extinguieron ya. De allí la necesidad de desarrollar e implementar programas que faciliten la conservación de las especies tanto en su lugar de origen como fuera de él.
La Estrategia para la Conservación de la Biodiversidad, publicada en 1992 por el WRI, la UICN y el PNUMA, establece tres elementos básicos para alcanzar resultados a corto, mediano y largo plazo en este sentido:
a)     Salvar la biodiversidad: significa tomar medidas de protección de los genes, las especies y los ecosistemas. Para ello es necesario impedir la degradación de los ecosistemas naturales a través de programas de conservación in situ, donde las especies sigan sus procesos normales de evolución. Por otra parte se hace necesario reintroducir las especies perdidas a sus hábitats originales y la preservación de estas en bancos genéticos, zoológicos, jardines botánicos y otras instalaciones de conservación ex situ. La conservación in situ y ex situ son los extremos opuestos de un espectro. No deberían ser considerados como alternativas sino como enfoques complementarios de conservación.
b)     Estudiar la biodiversidad: significa documentar su composición, distribución, estructura y funciones, comprender los papeles y las funciones de los genes, las especies y los ecosistemas. También significa crear conciencia sobre los valores de la biodiversidad y brindar posibilidades para que las personas la aprecien.
c)      Utilizar la biodiversidad en forma sostenible y equitativa: significa manejar prudentemente los recursos biológicos de modo que puedan durar indefinidamente, asegurándose de que se usa la biodiversidad de modo que mejore la condición humana y procurando que esos recursos sean repartidos equitativamente. Para esto hay que entender que uso no significa automáticamente consumo. A menudo el mejor uso económico de la biodiversidad puede ser mantenerla en su estado natural para preservar sus valores ecológicos y culturales.

EL PAPEL DE LOS JARDINES BOTÁNICOS EN LA CONSERVACIÓN

Los jardines botánicos, desde sus inicios en Europa en el siglo XVI, han cumplido funciones de demostración y estudio de los recursos vegetales, teniendo una estrecha relación con la medicina y la farmacia. De hecho, los primeros jardines botánicos fueron fundaciones universitarias cuyo propósito primordial era abastecer de materia prima a los médicos y farmaceutas de la época (Trujillo, 1983).
Los jardines botánicos tropicales, que surgen en los siglos XVIII y XIX, fueron partícipes de la introducción y transferencia de germoplasma entre los diversos países, colaborando a su vez con el desarrollo de los cultivos agrícolas en estas regiones.
La posterior proliferación de jardines botánicos, especialmente en Europa, conteniendo colecciones establecidas a partir de material vegetal traído desde varias partes del mundo, estuvo motivada más por la pretensión de abarcar cada vez mayor número de grupos de plantas que por una política científica claramente articulada. Así, el propósito fundamental de los jardines botánicos de esa época vino a ser el estudio científico de las especies de plantas, combinado con el desarrollo de técnicas hortícolas.
En la actualidad los jardines botánicos del mundo desempeñan  un papel preponderante dentro de los diversos esfuerzos implementados para frenar la extinción de especies, así como en la clasificación, conservación, evaluación y uso sostenido del patrimonio genético vegetal (BGCI, WWF y UICN, 1996). Igualmente son las organizaciones más idóneas para participar activamente en programas que combinen la conservación de plantas in situ y ex situ, a través de sus tres propósitos fundamentales: conservación, investigación y educación.
Según el BGCI, la WWF y la UICN (1996) se define como jardín botánico a “aquella institución que tiene colecciones de plantas, mantenidas y ordenadas científicamente, por lo general documentadas y etiquetadas, abierto al público con propósitos recreativos, culturales, educativos y de investigación”.
Por otra parte los criterios básicos que deben cumplir las áreas que quieran ser clasificadas como jardines botánicos son los siguientes (BGCI, WWF y UICN, 1996).
-         Permanencia en el tiempo
-         Mantenimiento de colecciones de plantas con una base científica y con documentación apropiada
-         Monitoreo de las plantas mantenidas en colección
-         Contacto permanente con el público
-         Establecimiento y mantenimiento de comunicación e intercambio de material con otros jardines botánicos, arboretos e instituciones afines.
A la luz de los nuevos enfoques para la conservación el BGCI publicó en el año 2000 la Agenda Internacional para la Conservación en Jardines Botánicos y allí define que la misión de estas organizaciones debe considerar:
-         La detención de la pérdida de especies de plantas y su diversidad genética
-         La prevención de la degradación de los ambientes naturales del mundo
-         El incremento de la comprensión de la importancia de las plantas para la vida humana
-         La promoción del uso sostenible de los recursos naturales del mundo para las generaciones presentes y futuras
 Esta misión requerirá que los jardines botánicos se comprometan con una extensa pero estrechamente coordinada estrategia en conservación que considere, entre otros, los siguientes aspectos:
-         Establecer rangos y niveles de conservación de la diversidad vegetal, haciendo énfasis en la flora local, integrando técnicas de conservación in situ y ex situ.
-         Prestar especial atención a la conservación de especies de plantas de importancia económica directa para las sociedades humanas
-         Desarrollar e implementar mejores prácticas en conservación de plantas
-         Asegurar la participación comunitaria e institucional en los programas desarrollados
Como ya se ha sugerido, los jardines botánicos deben enfocar sus esfuerzos hacia una combinación de trabajos de conservación in situ y ex situ. Como una situación ideal, todas las plantas deberían ser conservadas en sus ambientes naturales como poblaciones sometidas a los procesos normales de evolución, particularmente dentro del sistema de áreas protegidas (parques nacionales, reservas forestales, refugios de fauna); es lo que se conoce como conservación in situ. Lamentablemente este tipo de áreas sufren las consecuencias de  políticas inadecuadas en cuanto a la inversión que se requiere para su funcionamiento. Esto hace que su acción dentro de la conservación de especies se vea disminuida en gran medida (Hoyos, 1990).
Sin embargo, los jardines botánicos pueden contribuir en este sentido desde dos puntos de vista:
a)     Asumiendo la responsabilidad de establecer y gestionar pequeñas reservas, dentro del sistema de áreas protegidas existente, donde se haga énfasis en la conservación de poblaciones y especies concretas.
b)     Manteniendo, dentro de sus propios límites, áreas de vegetación natural.
El propósito de la conservación in situ es permitir que la población se mantenga dentro de la comunidad de la que forma parte y en el ambiente al que se ha adaptado, asegurando que su base genética sea suficientemente amplia. Para que el trabajo de conservación sea adecuado es necesario elaborar un inventario del material vegetal existente en estas reservas, así como realizar investigaciones sobre la estructura poblacional, biología reproductiva, flujo genético, horticultura, entre otros aspectos de interés.
Por su parte la conservación ex situ es reconocida como una de las herramientas más importantes con las que cuentan los jardines botánicos para la conservación de la biodiversidad. El propósito de la conservación ex situ es proveer una custodia protectora para las especies y solo se justifica como una parte de las estrategias de conservación para asegurar su supervivencia. Sus propósitos fundamentales son (BGCI, 2000):
-         Rescatar el germoplasma amenazado
-         Producir material para la reintroducción en los hábitats degradados
-         Producir material para la investigación
-         Almacenar el germoplasma en diversas formas: bancos de semillas, colecciones de campo, bancos de germoplasma
-         Proveer material para múltiples propósitos con el fin de reducir la presión contra la recolección de plantas silvestres
-         Disponer de material para los programas de educación
A pesar de los riesgos que representa la conservación ex situ debido a la posible hibridación, la garantía de un muestreo representativo para la selección de las plantas, las condiciones ambientales diferentes a las naturales, que pudieran llevar a una alteración genética de las especies, esta se hace indispensable, sobre todo cuando el área que ocupan es muy reducida, está altamente deteriorada o muy amenazada (Hoyos, 1990).
Según el BGCI (2000) es necesario establecer ciertas categorías de plantas que deben ser incluidas en los programas de conservación ex situ. Entre ellas se señalan:
-         Especies que tienen un peligro inmediato de extinción tanto local, nacional como internacionalmente.
-         Especies de importancia económica local
-         Especies que se requieren para ser reintroducidas en lugares específicos
-         Especies de interés científico, endémicas o pertenecientes a relictos geográficos.
Existen diversos métodos de conservación ex situ que se pueden llevar a cabo dentro de los jardines botánicos:
a)       Banco de semillas: es una colección de muestras almacenadas bajo condiciones especiales de forma tal que se asegure su supervivencia a largo plazo. Es generalmente el método más valioso de conservación ex situ ya que, salvo raras excepciones, cada semilla posee una constitución genética diferente y, por lo tanto, una muestra de semillas almacenadas en un pequeño envase hermético puede contener un amplio rango de variabilidad genética. Sin embargo hay que tener en cuenta que nuestro conocimiento sobre el almacenamiento de semillas es limitado. Poco se sabe de los requerimientos de germinación y viabilidad de las semillas de la mayoría de las plantas silvestres, por lo que es necesario abundar en la investigación en este sentido.
b)       Bancos de germoplasma en campo: consiste en la disposición de especies, en forma de plantación, en un hábitat semi-natural cercano al jardín botánico. Se asemejan a una población natural, aunque rara vez contienen tanta diversidad genética como estas. Generalmente se establecen para proporcionar germoplasma de cultivos tropicales, especialmente para la silvicultura.
c)       Colecciones vivas: es la forma más común en que los jardines botánicos llevan a cabo la conservación ex situ. Una colección es un grupo de plantas que se mantienen con un propósito definido y satisfacen ciertos criterios estéticos. Las colecciones pueden organizarse de distintas formas (Gómez, 2001):
-         Colección sistemática o taxonómica: incluye plantas que están estrechamente relacionadas. Frecuentemente se diseñan para mostrar la evolución de las plantas y la organización sistemática. Este tipo de colección es muy usada en actividades educativas, de investigación y como referencia para la identificación de especies.
-         Colección de plantas  económicas: incluye aquellas especies de interés etnobotánico. Representan un reservorio de material genético que pueden tener un uso desde el punto de vista económico.
-         Colección ecológica: muestra aquellas plantas que tienen un origen ecológico común, las que representan la vegetación particular de un hábitat o la relación planta / ambiente. Algunas de estas colecciones tratan de imitar la disposición de las especies en la naturaleza.
-         Colección fitogeográfica: se utiliza para ilustrar el origen y la distribución de las especies.
Las colecciones de plantas constituyen una herramienta valiosa para la divulgación de los conocimientos botánicos, para el estudio de las plantas cuyas poblaciones se encuentran dispersas en la naturaleza y para proveer material para la reintroducción en los hábitats naturales (Gómez, 1998).
Para garantizar la conservación adecuada de las especies dentro de los jardines botánicos es necesario (BGCI, 2000):
1.      Formular una política institucional donde se establezca claramente el papel que se va a desempeñar en la conservación ex situ, incluyendo la identificación de tareas prioritarias, responsabilidades institucionales y recursos que estarán disponibles para apoyar tales programas de conservación. Para ello será necesario desarrollar planes estratégicos, basados en la misión de la organización, y planes operativos, que permitirán evaluar el avance hacia la misión a través de objetivos y metas concretas. Estos planes deben ser revisados y actualizados periódicamente con la participación de todo el personal que labora en el jardín botánico (Gómez, 1998).
2.      Desarrollar e implementar programas para la conservación ex situ, dando preferencia a las especies que son nativas de su propia región, especialmente aquellas amenazadas o que tienen un valor económico actual o potencial. Para ello es esencial tener una clara política de acceso de material vegetal donde se establezca qué plantas buscar y aceptar para incorporar a las colecciones. Una guía para ello, en el caso de Venezuela, sería la utilización de la clasificación de la vegetación hecha por Huber y Alarcón en 1988 o las ecoregiones definidas por la WWF en su programa Global 200, ya que cada jardín botánico puede identificar el área de influencia que está bajo su responsabilidad y en consecuencia delimitar las especies a las que debe prestar atención.
3.      Desarrollar infraestructuras y facilidades para hacer efectiva su acción de conservación ex situ. Estas son:
-         Vivero: este se destina a la reproducción de las especies que se incorporarán a las colecciones. También aquí se mantienen aquellas plantas que servirán para reponer la pérdida de cualquier espécimen que estaba en exhibición. El vivero sirve para hacer investigaciones sobre propagación, cultivo y desarrollo de especies silvestres. Los datos obtenidos serán de gran valor sobre todo para aquellas plantas que están amenazadas de extinción.
-         Herbario: En él se mantienen las muestras botánicas de las especies que están en las colecciones. Este respaldo facilita la identificación de las plantas y sirve de apoyo a las investigaciones que se lleven a cabo en las áreas de sistemática y taxonomía.
-         Laboratorios: Muchos jardines botánicos disponen de este tipo de espacios para realizar ensayos que requieran de cierta precisión o cuidados particulares. Los laboratorios sirven de apoyo a los trabajos realizados en las demás áreas.
-         Banco de semillas: Debido a que algunas veces el material vegetal recolectado para ser reproducido en el vivero es muy numeroso es necesario disponer de un banco de semillas para almacenar aquellas que no serán utilizadas inmediatamente. El material aquí almacenado sirve para hacer intercambio con otros jardines botánicos, así como también  para ser utilizado en la reposición de alguna especie que se encuentre dentro de las colecciones
-         Biblioteca: La consulta de material bibliográfico especializado es una de las actividades a la que deben atender los jardines botánicos. No solo el personal que labora en estas organizaciones requiere de información actualizada sobre los temas botánicos; hay muchos estudiantes e investigadores que buscan determinados datos que una biblioteca de consulta general no posee. El apoyo que presta una biblioteca a las labores de investigación y educación es fundamental.
4.      Apoyar la implementación de programas de recuperación de especies y de conservaciónin situ. Para ello es conveniente que el material cultivado en el jardín botánico sea de origen silvestre conocido, lo cual permite que las colecciones sean utilizadas como fuente inmediata de material para estudios científicos y reintroducción en los ambientes naturales. En este sentido se hace necesario establecer vínculos con los organismos nacionales de conservación de plantas.
5.      Mantener sistemas de información eficientes acerca de las plantas mantenidas en colección. Para que las colecciones de plantas constituyan una forma efectiva de conservación ex situ y puedan utilizarse como un recurso educativo es necesario que las especies en ellas contenidas estén debidamente identificadas, posean un registro de información básica y sean sometidas a un monitoreo constante (Gómez, 1998). Un buen sistema de registro provee una herramienta de manejo invalorable dentro de un jardín botánico. Permite desde chequear los últimos accesos de especies a una colección hasta obtener información sobre el comportamiento bajo cultivo de una planta silvestre (Colmenares y Gómez, 2001). Un sistema de registro es esencial para el manejo de las colecciones. Este debe contemplar varias fases: un registro inicial de acceso que constituye la información básica sobre las especies y debe  estar referido a: nombre común, nombre científico (si se conoce), lugar de procedencia, fecha de recolección, tipo de propágulo, características generales del lugar de procedencia,  nombre del colector y nombre de quien recibe el material; acompañando a estos datos debe asignarse a la especie un número de acceso, el cual facilitará su identificación en cualquier momento. Identificación en campo que consiste en una etiqueta donde se muestra el número de acceso y el nombre de la especie, ya que estos datos constituyen la clave para obtener información detallada sobre ella; la identificación en campo debe incluir el nombre común y científico de la especie, así como la familia botánica a la que pertenece, su origen y uso. Monitoreo, es un registro del comportamiento de las especies tanto en el vivero como en el campo, incluyendo datos sobre germinación, tratamientos previos a la germinación, transplantes, fenología de la planta así como de las actividades de mantenimiento tales como poda, fertilización, fumigación, entre otras.
6.      Emprender investigaciones sobre técnicas y prácticas de conservación ex situ cuyos resultados permitirán mejorar las acciones de gestión con respecto a la protección de las especies de plantas que están bajo su responsabilidad. Estos trabajos deben llevarse a cabo tanto dentro de los propios jardines botánicos como en sus zonas de influencia, atendiendo principalmente al inventario, monitoreo, fenología, usos tradicionales, biología reproductiva, viabilidad y regeneración de especies.
7.      Desarrollar programas educativos que permitan despertar el interés por las plantas y mostrar lo importantes que son, así como la necesidad apremiante que existe de hacer un uso adecuado de los recursos vegetales de la localidad. La información generada por las actividades de conservación y manejo de especies debe ser conocida tanto por los visitantes como por la comunidad donde se encuentra el jardín botánico. Esto permite aumentar el interés de las personas por la vida vegetal y despertar el deseo de colaborar con las acciones que se emprendan (Gómez, 1998).
                      Para ello será necesario:
a)     Desarrollar programas de actividades dirigidas a las comunidades tales como charlas, conferencias, visitas guiadas, exposiciones, programas con voluntarios y eventos culturales, a través de los cuales se muestre qué está  haciendo el jardín botánico, por qué es importante su labor y qué puede hacer la comunidad para ayudar. Para que estas actividades tengan éxito es necesario motivar a las personas para que asistan, dándole publicidad a través de los medios de comunicación de que se disponga.
b)     Elaborar publicaciones periódicas, tanto científicas como divulgativas, que permitan mantener información actualizada sobre el jardín botánico en general, las actividades que se están desarrollando, las especies mantenidas en colección, listados de semillas para intercambio y eventos o actividades programadas. Estas publicaciones pueden transmitir información a gran cantidad de personas teniendo costos relativamente bajos; algunos de ellos pueden ser vendidos a fin de recaudar fondos para otros proyectos.
c)      Mantener información en medios de comunicación, que permita captar el interés de la comunidad local y nacional por las actividades emprendidas internamente. En este sentido se pueden presentar series radiales o periodísticas, suplementos y columnas semanales de prensa, siendo una forma eficaz de proporcionar información actualizada cuando existe poco material didáctico. Los medios de comunicación sirven para presentar información general que facilita la concienciación de la comunidad.
8.      Cooperar con otros jardines botánicos en la construcción de programas conjuntos de conservación ex situ. Si la comunidad de jardines botánicos quiere desempeñar un papel eficaz en la conservación de los recursos  vegetales y conseguir un apoyo significativo que le permita llevarlo a cabo debe organizarse mediante la creación de asociaciones o redes. Entre los objetivos de un grupo como este podrían estar:
a)     Coordinar políticas de conservación de especies entre los jardines botánicos, fomentando el intercambio de material vegetal y de información, evitando así la duplicación de esfuerzos.
b)     Coordinar el trabajo de los jardines botánicos con otras organizaciones nacionales e internacionales relacionadas con la conservación de las plantas.
c)      Promover y coordinar trabajos de investigación en botánica básica y aplicada de las especies autóctonas
d)     Desarrollar directrices para un programa educativo sobre la conservación y valoración del mundo vegetal.

LOS JARDINES BOTÁNICOS EN VENEZUELA
En Venezuela, los jardines botánicos que están en funcionamiento actualmente,  se encuentran ubicados en siete ciudades diferentes, cada una de las cuales pertenece a una región que posee una vegetación típica. Dichos jardines son:
-         Jardín Botánico “Dr. Tobias Lasser”,ubicado en Caracas.
-         Jardín Botánico “Baltasar Trujillo”, en Maracay, Estado Aragua.
-         Jardín Botánico Xerófito “Dr. León Croizat”, en Coro, Estado Falcón.
-         Jardín Botánico de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales “Ezequiel Zamora” (UNELLEZ), en Barinas, Estado Barinas.
-         Jardín Botánico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes (ULA), en Mérida, Estado Mérida.
-         Jardín Botánico del Orinoco, ubicado en Ciudad Bolívar, Estado Bolívar.
-         Jardín Botánico de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), en San Cristóbal, Estado Táchira.
Sumados a estos jardines botánicos existen otros que están en proceso de consolidación o de reestructuración:
-         Jardín Botánico Bararida, ubicado en Barquisimeto, Estado Lara
-         Jardín Botánico de Maracaibo, en el Estado Zulia
-         Palmetum de la Universidad de Carabobo, en Valencia, Estado Carabobo.
Estas organizaciones están en proceso de formación de una Red Nacional de Jardines Botánicos que les permita actuar en forma conjunta para alcanzar sus metas y objetivos. En este sentido han realizado reuniones en Caracas y más recientemente en Barquisimeto para concretar esta idea.
Para finalizar es necesario señalar que los esfuerzos emprendidos por los jardines botánicos hacia la conservación de las especies vegetales implica un compromiso y un trabajo a largo plazo, donde la continuidad de la labor debe ir más allá de las visiones personales de los gerentes de turno. Cabe destacar que las labores de consolidación de las colecciones de plantas, que son el eje primordial de un jardín botánico, pueden llevarse más de ocho años; su desaparición por decisiones desacertadas es cuestión de meses.
En este caso tiene plena vigencia lo que dice en su libro “Brida” el escritor Paulo Coelho: “Cada persona en su existencia, puede tener dos actitudes: Construir o Plantar. Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran , y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.
Pero existen los que plantan. Estos a veces sufren con las tempestades, las estaciones, y raramente descansan. Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer. Y, al mismo tiempo que exige la atención del jardinero, también permite que, para él, la vida sea una gran aventura.
Los jardineros se reconocerán entre sí, porque saben que en la historia de cada planta está el crecimiento de toda la Tierra.” Escojamos nosotros, responsables de la gestión en los jardines botánicos que queremos hacer si construir o plantar.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

-         Colmenares, L. y Gómez, C. (2001). Sistema de información automatizado para las especies en el Jardín Botánico de la UNELLEZ. Trabajo no publicado presentado como Trabajo de Ascenso. UNELLEZ.
-         Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) (2004). The global 200.www.panda.org/about_wwf/where_we_work/ecoregions/global200. Documento consultado en línea en agosto de 2004.
-         Gómez, C. (1998). Modelo de gestión para los jardines botánicos. Fondo Editorial UNELLEZ. Barinas.
-         Gómez, C. (2001). Arboretum: espacio verde para la investigación y el esparcimiento. Ponencia presentada en el VII Curso de Arboricultura Urbana. Fundarbol. Caracas.
-         Hoyos, J. (1990). Los jardines botánicos, su justificación y su existencia. Revista Natura Nº 90. Paginas 24-32
-         Huber, O. y Alarcón, C. (1988). Mapa de vegetación de Venezuela. Editorial Arte. Caracas.
-         Instituto de Recursos Mundiales (WRI), Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (1992). Estrategia global para la biodiversidad. WRI Publications. USA.
-         Organización Internacional para la Conservación en Jardines Botánicos (BGCI), Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) (1996) La estrategia de los jardines botánicos para la conservación. Suiza.
-         Organización Internacional para la Conservación en Jardines Botánicos (BGCI) (2001). International agenda for botanic gardens conservation. Reino Unido.
-         Trujillo, B. (1983). El jardín botánico regional tropical: una nueva concepción. UCV. Facultad de Agronomía. Instituto de Botánica. Maracay.
-         Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) (1997). Red list of threatened plants. Londres.

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